En 1995 la costa del Río de la Plata en Vicente López aún no era el paseo verde y prolijo en que se convertiría años más tarde. Sin embargo, y gracias al caudal de viento y a la amplitud casi inigualable que proveía, aquel espacio repleto de escombros fue descubierto por barrileteros dispersos de la ciudad y de sus alrededores como el lugar ideal para practicar su hobbie. Así fue como surgió Barriletes a Toda Costa, un grupo de apasionados del barrilete que ocho años atrás se convirtió en una asociación civil sin fines de lucro cuyo principal objetivo, dicen, es el de “promover el conocimiento y la difusión de los aspectos didácticos, históricos, culturales, científicos y artísticos relacionados con los barriletes”.
Hoy Batoco cuenta con ochenta entusiastas asociados, la mayoría de los cuales son hombres mayores de cuarenta años que disfrutan como chicos viendo volar sus piezas. Según Alejandra Val, una de las voceras del grupo, la ausencia de niños y de personas muy jóvenes en el grupo está relacionada con la pérdida de difusión que experimentó el barrilete en las últimas décadas. La principal actividad que desarrolla Batoco es semanal: todos los domingos, entre las 10 y las 13, se reúnen en el Paseo de la Costa a mostrarse y a remontar las piezas que cada uno fue construyendo durante la semana. También, además de brindar cursos para sus asociados, llevan a cabo tareas educativas o solidarias como talleres para escuelas o instituciones de bien público o dándole color a campañas relacionadas con causas como la donación de órganos y la lucha antitabaco. Por ahora Batoco no cuenta con una sede propia: su mayor capital, además del humano, es “La Banderola”, un gran barrilete de diez metros por veinte que remontan en ocasiones especiales, como la denominada Fiesta del Viento que organizan cada año.
Gracias a la Gente del Suplemento RADAR del Diario Página 12 por su nota publicada el domingo 1º de Noviembre.
Estimados barrileteros de Batoco, al igual que en todas partes parece que los barriletes aparecen de vez en cuando. No es que se pierda el entusiasmo, lo que pasa es que estos juegos parecen mas bien una fiebre: que da de vez en cuando... y digo cuando, cuando el entusiasmo anima. Así que a mantenerse como todo ese entusiasmo como lo hacen ustedes.
Desde Caracas, Venezuela y que mantengan esa barrileteada como siempre.
César Castillo
Un aficionado a tan interesante y divertido hobby. Como los llamamos aquí: Volar Papagayos ¡¡¡¡
Publicado por: César Castillo | nov 08, 2009 en 11:48 p.m.