El fin de semana del 11 y 12 de noviembre, se realizó un taller y barrileteada en esta localidad de la provincia de Buenos Aires. Gustavo y Daniel nos cuentan pormenorizadamente sus experiencias: dos relatos imperdibles. También un galería de fotos para ilustrarnos el evento.
Taller y Barrileteada en De la Garma por Gustavo Cardelli
Queridos Amigos,
Algo hemos anticipado en el foro pero ahora va el informe.
De la Garma está a menos de 500 Km. de Capital y a 320 Km. de Mar del Plata, en la zona de Tres Arroyos. Es un pueblo tranquilo de la Provincia de Buenos Aires de alrededor 1800 habitantes.
Fuimos convocados por el CPA (Consejo de Prevención de las Adicciones), dependiente del Ministerio de Salud que cuenta con un grupo de voluntarios. A pesar de ser un pueblo pequeño, De la Garma no escapa a las adiciones del alcohol, las drogas o el cigarrillo.
Este fue mi segundo taller, pero el primero de esas dimensiones. En realidad, no tomé real conciencia hasta que llegó el sábado a la mañana cuando empezamos a hacer los preparativos para el taller que se llevaría a cabo por la tarde. Por suerte un Santo Protector vino a salvarme, ese santo es Daniel García que viajó desde Buenos aires para darme una mano con el taller, porque él sí era consciente en lo que me estaba metiendo.
En principio el taller se iba a realizar por medio de la escuela, pero los anfitriones decidieron que la inscripción sea voluntaria. Durante la semana los voluntarios pusieron una mesa en la puerta del cine e hicieron la inscripción de mas de 50 Barriletes (modelo Eddy de Facil construcción) para los mas grandes y de mas de 20 Eddys de papel con hoja A3 para los mas pequeños.
A las 12:30 del sábado llegaron los ayudantes voluntarios para el taller y con Daniel les hicimos un taller-express para que ellos guiaran posteriormente a los niños.
A las 14:00 Hs estábamos trabajando con los niños en la escuela Nº4 (en realidad es la única del pueblo pero la Nº 4 del partido) Abarcamos la galería central, los pasillos, algunas aulas y hasta la dirección para la construcción. En la jornada uno podía ver niños de distintos entornos sociales trabajando con un solo objetivo, la construcción de sus barriletes. En 3 horas estábamos terminando con la construcción. Quiero destacar la impecable tarea de los ayudantes que con grupos de 4 a 6 niños cada uno guiaron con total idoneidad a los pequeños constructores, luego vino el Dr. Gustavo Leguizamón y les dio a los niños una charla preventiva sobre la adicción al tabaco que los niños siguieron atentamente y se les entregó a cada uno de los participantes un certificado de participación en el taller donde ellos tenían que agregar un compromiso. Al certificado le abrochamos una fotocopia con las medidas de seguridad a tener en cuenta para un vuelo seguro incluidas en el folleto de membresía de BaToCo.
Yo pensé que la misión estaba cumplida, pero faltaba un detalle, que los barriletes volaran al día siguiente.
Esa noche fuimos con Daniel a un Festival de Peña y Canto que se hacía en el cine-teatro del pueblo organizado por el Jardín de Infantes para recaudar fondos para la cooperadora. En estas localidades es común que los propios habitantes generen este tipo de eventos que sirven al triple propósito de mantener las instituciones del pueblo, proveer de entretenimiento para sus habitantes y ser una oportunidad para las expresiones artísticas locales.
Al día siguiente (domingo) estaba despejado, pero... había un viento continuo que estimo sería de 35-40 Km/h, algo complicado para estos barriletes. A las 11:00 armamos todo en la pista de vuelo en la zona donde funcionaba el Ferrocarril. A la 13:30 Hs empezaron a llegar los pequeños pilotos, solo faltaba hacerle el diedro al barrilete y ponerle la línea, pero era inútil intentar remontar los barriletes porque seguro se romperían, y así fue, algunos ansiosos venían a que le cambiáramos alguna varilla. En ese momento lo único que volaba aceptablemente eran los barriletes hechos de caña que algunos veteranos expertos vinieron a remontar con sus hijos y nietos.
Igualmente los ansiosos niños y grandes se quedaron allí tomando mate y compartiendo una tarde soleada hasta que a partir de las 18 Hs bajó el viento y remontamos todos los barriletes que estaban presentes. Los niños estaban felices y nosotros aún mas.
También saco como experiencia positiva que esta actividad hay que ser paciente y esperar el momento apropiado, que el objetivo de remontar no se logra así nomás, sino que se tienen que dar ciertas condiciones (viento apropiado)
Se hizo de noche y armé un Acrobático con luces que fascinó a los más pequeños. A las 21 Hs terminamos agotados.
Conclusión: los niños quedaron fascinados y el domingo 19 se unirán a la Barrileteada Nacional, los grandes con ganas de que esta visita y estos talleres se repitan en el futuro, nosotros con ganas de revancha.
Quiero agradecer a la comunidad Garmense por el apoyo y la buena predisposicíón para armar este evento, en especial a la Psicóloga Silvia Martínez y a los voluntarios del CPA a La Escuela Nº 4 y a su directora María Luján Daurich y en especial a Lidia Calvete (la tía de Marcela mi esposa) que fue quien pensó en nosotros, nos alojó y nos cocinó (en realidad llamó al delivery... sí, en De la Garma hay delivery) y por supuesto a Daniel García y su familia por el incondicional apoyo.
PD: los comentarios de los niños en pueblo son:
- Cuando vuelven los de Batoco??
- Nuestros barriletes volaban más alto que los de "los profesionales".
De la Garma, algo mas que una barrileteada ... por Daniel García
Son casi las 6 de la mañana del sábado 11 de Noviembre y acabo de llegar a Gonzáles Chávez. Y la verdad es que no puedo evitar pensar: con el frío que hace lo único que espero es que Gustavo [Cardelli] no se olvide de pasar a buscarme. Me acomodo en un banco de la terminal y de pronto un "Buen día", me despierta. Son las 6.30, es Marcela que me da la bienvenida, mientras veo a Gustavo estacionando el auto casi al lado nuestro. Entre saludos y relatos del viaje, comenzamos a desandar los 35 km. que nos separan de De la Garma.
Comienzan a contarme como es el pueblo, y ya me esta gustando...
Llegamos al bunker, donde conozco a la "Tía Lidia", nuestra anfitriona. Compartiendo un buen desayuno, se me ocurre preguntar: ¿Te falta algo para el taller? Me faltan algunas cositas, dice Gustavo.
Casi me desmayo cuando "algunas cositas" eran nada menos que cortar todos los hilos, marcar las varillas, preparar las hojas de los mini eddys, teniendo en cuenta que disponíamos de algo más de 3 horas para tener todo listo.
Puntuales como señorcitos ingleses con la tarea bajo control, al mediodía comenzamos a recibir a los colaboradores de nuestra audaz apuesta, léase hacer un taller para aproximadamente 100 chicos. Tras una rápida explicación, podría decirse que a las 13 hs. ya éramos todos casi casi "expertos batoqueros" listos a dirigir un grupo de hermosos ángeles reclamando sus alas.
Largamos!! Oh, pongamos cara de "yo se".
Silvia realiza una breve introducción, nos presenta y sostiene el micrófono en la mano cual soga de horca esperando su sentenciado. Lo miro a Gustavo y me doy cuenta que los dos estamos asustados. Pienso en Roberto, estiro el brazo y de ahí en adelante fui "él" por un rato, y creo me salio bien.
Fotos y mas fotos, Gustavo que pone un tiro, y un niño que, marcador en mano, se acerca con el barri recién hecho y me dice " profe, me lo firma? Lo miro, ¿... que hago? Y si, si el es feliz, todo vale.
El micrófono en manos de Lidia esta anunciando que, el medico del pueblo, cual Dr. Sosa en Bs. As., entrega certificados de asistencia mientras explica a los niños lo malo que es fumar para la salud. Mas fotos, y cada vez mas felices, cada vez mas orgullo por ser de esta rara tribu, los "batoqueros".
De regreso en el bunker relatamos anécdotas del taller. La noche nos esperaba con una visita al cine teatro del pueblo, donde Lidia canta en el coro.
El domingo amaneció soleado, el viento terrible a tal punto que al rombo lo doblaba al medio, lastima que no pudimos documentarlo. A las 11 hs. reconocimos el área de vuelo, delante de la vieja estación de ferrocarril, que coincide con la entrada al pueblo.
Piensen en un área de aproximadamente 70 mts. por 500 mts libres, contenidos por una prolija vereda bordeada de árboles , inmejorable lugar para la mateada de los padres.
Armamos banners, arcos que gentilmente envío Gustavo Sonzogni, mesa de trabajo, sillas, colas, y varillas de repuesto.
Durante la tarde no hicimos otra cosa que cambiar o entablillar alrededor de 50 varillas quebradas. Estoicamente armamos nuestro "hospital" y lo mas demandado era "Cirugía" (un medico a la derecha por favor...)
Alrededor de la 17.30 hs. el viento disminuyo a más o menos 20 km. p/hora, y por fin, empezó la fiesta. Hasta las 21hs quedaron los niños, sonrientes, felices, y nosotros, junto a sus padres, mas que contentos. Tarea cumplida. Con un broche de oro: la llamada al presi y su emoción al otro lado del teléfono. En una hora me espera el micro de regreso a casa.
Gracias De la Garma no tengo palabras para agradecer los momentos vividos, por su gente, su paz, por todo y por todos.