por Nelson Borelli
Queridos Botoqueros, así vino la mano:
La pila de nieve ya llegaba hasta las orejas y seguía nevando; el frío: 10º bajo cero. Solo las 5 y ya de noche... Fue un sábado en el pasado enero, en la zona Chicago. ¡Ni los pingüinos salían a pasear! Yo tampoco, me quedo en casa, calentito me dije y preparé el mate.
Para complementar el ocio, mate en mano, le di un vistazo al correo electrónico. Las misivas Batoqueras ocupan casi toda la pantalla. De todo tipo: que una la piola simple, doble o cuádruple, que la vela o los palitos, preguntas y quejas, viajes, besos y abrazos, que el robo del Foro, Roberto aquí y Roberto allá y por todas partes, viento o no viento. Una tras otra, como cachetada e´ loco.
Ahí mismo se me vino la inspiración: juntarme a la charla espacial. En cuanto comencé a escribir se me agarró la tentación de arreglar todo el fato barriletero, de una vez por todas. Me puse a escribir, borrar y escribir de nuevo. Así pasaron las semanas, escribiendo y borrando, (desde muchacho yo quería ser escritor, sin talento para ello, me hicieron médico). Ahora de viejo, se me reaparecieron las "ínfulas", como decía mi abuela gallega. Pues bien, un día en marzo dije basta, bueno o malo le mando el artículo a BaToCo. Desistí el impulso por miedo que la Comisión Directiva de BaToCo, al leer tal barrabasada, rechazara mi reciente pedido de solicitud de miembro.
En tal aprieto, se me ocurrió una cosa genial: le mando el artículo a XYZ para que vea si hay alguna forma de arreglar mi prosa de manera tal que la pueda enviar a BaToCo sin riesgo que me fusilen sobre el pucho. Sin vuelta de hoja XYZ, como con magia, hizo de mi escrito algo presentable. (XYZ, digna de la Real Academia de la Lengua Española, es una persona tan genial y bondadosa como lo es reservada, especialmente cuando está cocinado en olla tapada.)
Fines de marzo, 10 grados sobre 0 y soleadito. No más nieve ni escritura. Chau, me pongo el sobretodo y me voy a volar barriletes con la barra.
Ah, me olvidaba, acá va la obra: "Barriletear"; (si hay alguien que me quiera retrucar que lo haga, estoy listo con un "quiero, vale-cuatro").
Nelson Borelli
BARRILETEAR
Arte y ciencia... y paciencia
Primero: La Real Academia Española debe admitir que el neologismo "Barriletear" es preferible al anglicismo "Kiting".
Segundo: Barriletear es el arte y ciencia de diseñar y construir y volar barriletes.
Tercero: La felicidad del barrileteo depende de cuatro elementos: aire, barrilete, (vela atada a piola sujetada al extremo opuesto), barriletero y la comunidad barriletera. De los cuatro elementos, el aire, es sine qua non. Los otros tres son inventos nuestros, los mortales.
Pasemos ahora a ampliar sobre ciertas filosofías barrileteras.
Los mortales tenemos la infinita gracia y capacidad de concebir diseños de barriletes y construirlos con la ayuda de la matemática, física y otras derivadas disciplinas científicas, amén la práctica casera. ¡Basta concurrir a un buen festival de barriletes para ver lo inconcebible! Un ejemplo de ello es lo que ha demostrado "BaToCo", el elefantiásico barrilete hecho con cientos de parches y volado por docenas de personas que, por otro lado, son consideradas como "serias".
Barriletes, los hay de todas formas, como en botica! Véase el "Revolution", (inglés por revolución): que, con aires revolucionísticos es considerado el dios de los aires! Esto pasa por crear lo nuevo. Y así lo es, más y más espectaculares e inesperados diseños y colores con materiales de todo tipo, hechos y listos para ser probados al placer del aire.
Con su creación en mano, listo para zarpar, está ahí el barriletero, a merced de su creación y del aire. Dos elementos, uno creado por el, o ella, el otro por... bueno, digamos por la Naturaleza. El asunto es como relacionarse con ambos. Mi respuesta es: hacelo con paciencia, respeto y deseo de goce. El barrilete es como un caballo, tiene su personalidad. El caballo sabe "junar" al jinete; le obedece si el jinete sabe y gusta cabalgar, y place en relacionarse con su potro. Es bueno mirar y hablarle al barrilete. Algo así como: "¿Qué tal...; Que te parece el viento de esta tarde?- "Sí, ya se que tenés una pata renga; yo te voy a dar una mano para que no hagás un papelón". La conversación debe seguir cuando el barrilete esta allá arriba, cerca del cielo.
Antes de proseguir, permítaseme una salvación: la "verdad de la milanesa" es que como yo soy un Borelli no un Bernoulli, por lo que en materia de vuelo los razonamientos de índole científica que aquí continúan seguramente producirán una violenta reacción en los científicos aeronáuticos. Bienvenidos a ellos.
El aire es el elemento fundamental en el barrileteo. El aire es un objeto físico con masa y peso y actúa como tal. Ello permite que el barrilete se apoye en el aire y flote. Si uno pudiese hacer un barrilete con menor masa y peso que el aire el barrilete estaría flotando continuamente. No se podría volar un barrilete en la estratosfera por que ella no tiene aire. Ahora bien, para que el barrilete remonte (reacción) el barrilete tiene que hacer presión (acción) sobre el aire. Tal acción se consigue de dos maneras:
Primera manera: ubicar el barrilete en un ambiente donde el aire se mueve debido a diferencias de presión atmosférica entre dos puntos: viento. Ubicar el barrilete en un lugar donde se produzca el empuje del aire en contra del barrilete por medio de un aparato también llamado ventilador o algo parecido. Ubicar el barrilete en un lugar donde se produzca la succión del aire también llamado aspiradora.
Segunda manera: empujar el barrilete en contra del aire. Esto es lo que pasa cuando uno tira de la piola al recogerla o al caminar para atrás mientras el barrilete está en el aire, (los chicos se emperran en ello: agarran la piola y corren). Por supuesto esta es la técnica que usamos en el "vuelo sin viento".
La presión del aire sobre el barrilete lo hace volar. Sea por el viento, o el tirar de la piola. Sea en lugares abiertos o cerrados. El principio es el mismo. El uso de tal principio conduce a felicidad de vuelo.
Los tres primeros elementos, aire, barrilete y barriletero hacen la felicidad del barrileteo cuando los tres actúan como equipo, como amigos o amigazos. Cuando se conocen, se comprenden, se toleran y se aman entre si. Barriletes y aires difíciles dan mayor oportunidad al barriletero para obtener tal comprensión y produciendo mayor felicidad de vuelo.
En lo que respecta la comunidad barriletera podemos decir que ella lleva a la fiesta. También lleva a la inspiración mutua en lo creativo. En la concepción del vuelo y el vuelo en si. Uno puede ir al campo solo para volar el barrilete pero eso no tiene mucha gracia. La comunidad se prepara para los "juegos florales" a la manera de los poetas. Haya o no haya viento, ciclón o lluvia, siempre y cuando haya aire, barriletes y barrileteros, la comunidad irá a barrileterar mañana, al aire libre o cerrado. El asunto es recordar que "uno propone y Dios dispone".
En esto también hay dos alternativas. Si el tiempo esta lindo pero no hay viento para nada podés volar barriletes livianos al aire libre o en lugar cerrado. Si el tiempo esta feo podés volar en lugar cerrado. El asunto es estar preparado para con lo que Dios dispone. Eso si, no olvidarse de los emparedados (sanguches en inglés). Dios se encarga del tiempo. No nos prohíbe que usemos nuestra imaginación en el goce de la vida especialmente en lo que se trata del barrileteo.
Y con esto se despide este humilde payador provinciano, que al decir de José Hernández, "cuando se ponía en p... comenzaba a aconsejar".
Nelson Borelli
Barriletero
Aspirante a miembro de BaToCo
Domiciliado en Woodstock, Illinois EE.UU de NA