¿Cómo es posible sentar cabeza, decía Lewis Carroll, si no se lleva hacia arriba los pies? Como es posible vivir sin intentar, día a día, un nuevo y divertido modo de ver las cosas?
Después de casi treinta años de labor docente, descubro, viajando por Argentina y construyendo barriletes con niños y jóvenes de muy remotos puntos del país, un magnífico modo de cambiar la perspectiva una vez más y disfrutar de estupendas experiencias de trabajo y encuentro.
En este mi segundo viaje como parte del equipo de Subite al Colectivo - del Ministerio de Educación de La Nación visite escuelas de Caucete y Angaco, en la provincia de San Juan y Chamical, Tama, Catuna, El Totoral y Ulapes en La Rioja.
Integré un grupo de jóvenes artistas y docentes con propuestas sorprendentes. Malabarismo, magia, acrobacia, danza, murga, cine, video, radio… y barriletes. El colectivo recorre escuelas y por tres días, todo se trastoca y sufre una maravillosa transformación. La escuela es de los chicos ahora. Ellos pueden elegir sus talleres, decidir sus experiencias y crear libremente sus espacios, mezcla de juego, expresión e intenso trabajo.
En estas jornadas propuse un modelo básico Eddy, que va descubriéndose como extraordinariamente versátil a lo largo del trabajo con distintos grupos. Los niños construyen modelos inéditos por su tamaño, decoración y complementos, sorprendiendo por la variedad de recursos puestos en juego.
El trabajo fue una oportunidad para proponer nuevos materiales y recursos, ensayar opciones, probar vientos diversos, y también para acercarme a los chicos y a sus familias, escuchar sus relatos, conocer su entorno y dificultades cotidianas, sus sueños y esperanzas.
Compartimos los nuevos modelos y los clásicos, con materiales de la zona, que incluso desafiaron con éxito a nuestras propuestas. Se revalorizó la caña y aun el papel en construcciones que vienen de lejanas tradiciones familiares y comunitarias.
Construimos muchos, cientos de barriletes. En todos ellos estuvieron presentes mis amigos de BaToCo. Al tensar un hilo, atar un nudo corredizo, luchar con la cinta de enmascarar, el viento o los tiros me parecía escuchar las voces de todos, sus enseñanzas, recomendaciones, bromas, palabras de aliento… De algún modo todos estaban allí, junto a los chicos compartiendo la alegría de volar juntos.
Lic. Maria Elena Garcia Autino
Agosto 2008
Nota de Prensa:
Fotos:
Fotografos: Adrian Dubinsky, Mario May, Ana Maria Pagani, Romina Gimenez
Video:
Realizador: Martín Almeida