Un pormenorizado reporte de nuestro amigo Dave Shattuck que escribió para Kitelife y que generosamente permite compartirlo en español y en nuestra página. Nuestro reconocimiento a Dave quien nos visita y ayuda con su experiencia y a John por estar cerca.
Nuevamente, deseamos expresar nuestra enorme gratitud a todas las personas que se involucran, trabajan, nos acompañan y permiten concretar estos pequeños logros.
Wind Party 2008 en Buenos Aires o Fiesta del Viento 2008
Existe una gran variedad de Festivales de Barriletes. Algunos son celebraciones locales de escasa envergadura, cuyo objetivo es cubrir el cielo de colores y maravillar a la multitud y, tal vez, atraer a una cantidad aceptable de espectadores para promover ganancias en la comunidad comercial local. También hay festivales que son sólo eventos competitivos con algún agregado de vuelo de barriletes para los espectadores. Y unos pocos festivales son básicamente "encuentros" de pilotos amigos para disfrutar juntos los días de vuelo, donde los espectadores son -por cierto- bien recibidos pero no constituyen la verdadera razón para el festival, algo así como un ensalzado "vuelo libre" organizado.
Luego están los eventos más importantes, planificados con anticipación, que procuran abarcar a todas las bases. Por lo general, incluyen campos de vuelo cercados para grandes barriletes "de exhibición", un campo aparte para Demostración de Barriletes Deportivos, y habitualmente, hay un tercer sector para que los espectadores remonten sus propios barriletes. Los distintos eventos dentro del festival son anunciados por altoparlantes, a la vez que las competencias se acompañan con música, para regocijo de los espectadores. Las actividades están planificadas y programadas con antelación, los predios se reservan por adelantado, a menudo se contratan antes los proveedores, los participantes determinan el dinero a gastar, y los asuntos tales como la "publicidad", la "seguridad", "montaje/ desarmado" y "sanitarios" son discutidos en reuniones del comité organizador bastante anticipadamente.
Me gusta llamar a esta clase de grandes eventos pre-planeados, festivales "FANFARRIA IMPONENTE", porque son -en verdad- el resultado de un esfuerzo concertado en nombre de un grupo o comunidad para crear un destacado evento como objetivo, donde la gente viene específicamente para apreciar y disfrutar el "gran show". Estos importantes festivales se realizan durante el verano en los Estados Unidos, y son eventos "objetivo" para los barrileteros. Vienen a mi mente nombres tales como Wildwood, Grand Haven, South Padre Island, Bekeley y WSIKF... si bien existen muchos otros festivales similares, los que por ser algo más reducidos, no por ello revisten menor notoriedad y atractivo.
En Argentina, país ubicado en Sudamérica, se realizan dos eventos de estas características al año. Uno en septiembre, en la ciudad de Rosario, llamado "Pintemos el Cielo de Rosario". Y el otro, conocido como Fiesta del Viento, se lleva a cabo en noviembre muy cerca de la ciudad de Buenos Aires, en el suburbio de Vicente López.
Luego de esta extensa introducción, me complace informarles que su intrépido reportero "loco", está aquí, en Vicente López, presenciando la Fiesta del Viento 2008. Y se trata, sin lugar a dudas, de uno de los verdaderos festivales "FANFARRIA IMPONENTE", y para mí, también es un "evento objetivo" ¡desde hace tres años!
Ahora bien, ¡por Dios! ¿por qué diablos estás ALLÍ??? Pues, se me ocurren muchas respuestas complejas, pero la más corta es... Para apoyar y -quizás- ayudar a que el deporte de los barrileteros "crezca" en todo el mundo. Y también porque este festival en Argentina ejerce en mi corazón y alma de barriletero un efecto seductor similar al llamado de una sirena, como ningún otro festival al que haya asistido. De manera que, en muchos sentidos, me siento feliz y también muy honrado por estar de vuelta en mi "hogar fuera de mi hogar", aquí en Vicente López, Argentina.
La gente comenzó a llegar a media mañana a las costas del Río de la Plata, el amplio estuario que separa Argentina de Uruguay, el sábado 22 de noviembre. El predio del festival es una extensa franja de terreno rellenado, de unas 4 hectáreas, cubierto por pasto cortado y matas arenosas endémicas que crecen allí. El área está visualmente dominada por dos grandes estructuras que parecen sombrillas de concreto, monumento a un respetado Arquitecto Argentino. El clima está ya bastante cálido, y se estima que se tornará aún más caluroso, el cielo está despejado, y hay una fresca brisa de probablemente 7-9 MPH proveniente del río. Es un día ideal para un festival de barriletes.
Roberto y Betty Cassanello, el presidente de BaToCo y su esposa, fueron unos de los primeros en llegar. BaToCo es la sigla de Barriletes a Toda Costa. Sí, el chiste implícito en su nombre fue intencional. BaToCo es el Club de Barriletes en Argentina. Pronto se suma a los Cassanellos Guillermo Fernández, Presidente de Alto Vuelo Kite Company, el mayor fabricante de barriletes de Argentina. Junto con la Municipalidad de Vicente López y algunos otros condescendientes patrocinadores, BaToCo y Alto Vuelo están armando el festival. Se erigieron carpas, se cercaron los sectores, y comienzan a aparecer la cantidad habitual de reposeras, enfriadores de bebidas y jugos, mientras llegan otros 20-30 miembros de BaToCo, empleados de Alto Vuelo, y demás barrileteros y se van instalando en el campo. También aparece el sonidista, quien comieza a tender cables y a instalar los parlantes y amplificadores; al cabo de una hora, está todo listo para empezar...
Pero estos muchachos son todos, ante todo, verdaderos barrileteros. Así que no pasó mucho tiempo sin que apareciesen los primeros barriletes en el aire. Esta vez, envié algunos barriletes Focus "Skate" desde los EE.UU. antes de mi arribo a Argentina, y me agradó ver a un par de ellos volando junto a otros construidos artesanalmente. Así que pronto comenzó una exhibición en el aire que convocó espectadores. Y llegó Gustavo Sonzogni, quien empezó a ubicar algunos de los enormes barriletes inflables que BaToCo utiliza para atraer a las multitudes. En poco tiempo, el cielo estaba cubierto de telas de Nylon y poliéster con cuerdas. De todos modos, claro, hubo tiempo para entablar esas charlas que identifican a estas agradables personas como cálidos y simpáticos barrileteros. Basta con caminar por el campo de barriletes con uno en la mano, y ya eres aceptado como parte de la familia de barrileteros.
En el campo principal de exhibiciones, mi amigo Lalo Loescher agrupaba a los jueces, y los contrincantes probaban la brisa, poniendo a punto sus barriletes, y exhibiendo los virajes, tal como lo hacen los competidores en cualquier competencia de barriletes. Rodrigo Posada, Willy Borsoni y FEDE Polizzotto, todos pilotos auspiciados por Alto Vuelo, estaban allí, listos para volar. También estaba la familia de pilotos Freaks Team: hijos Ezequiel, Gastón y Julían y papá Fabián. Del mismo modo, volaba sus barriletes Gustavo Di Si, y la mayoría de los miembros de la fraternidad de pilotos de competición, incluyendo al equipo local TENSIÓN, integrado por Lalo, Federico, Nacho y Agustín, y el equipo Contra Viento, formado por Guillermo, Ariel y Dardo, quienes llegaron desde Rosario. Todos habrían de volar en Demos y competencias, riendo y haciendo bromas como chicos, igual que los pilotos en cualquier otra competencia del mundo.
Entonces, a medida que el predio se llenaba de pilotos, comenzaba a esparcirse el maravilloso sentimiento del "festival", junto con el respeto y la camaradería entre los pilotos de todas partes. No estoy seguro de que exista una línea divisoria entre un simple encuentro y ese sentimiento especial de "festival", pero, de todos modos, estaba allí haciéndose presente, desafiante. De todos modos, era todavía temprano, porque el verdadero festival oficial no estaba programado para comenzar antes de las 15 hs.
Pablo Macchiavello fue uno de los primero pilotos que remontó un barrilete. Este señor es uno de los constructores de barriletes amateur más productivos de Argentina, y es, también, uno de los pilotos de Revolution más sensibles que yo haya tenido oportunidad de ver volar. Pablo comenzó el día esta mañana con tres o cuatro lindos barriletes de una sola línea. Enseguida se le sumaron Héctor Cesaretti y Lucas González, ambos también eximios constructores de barriletes. Los cielos empezaron a cubrirse con sus coloridas creaciones, y el festival estaba, entonces, en marcha, además de sentirlo como tal.
Otro piloto que disfruté mucho ver fue Andrea della Bianca, quien ayuda a Guillermo Fernández en la administración de barriletes Alto Vuelo cuando se lo permiten sus tiempos. Andrea es un excelente constructor de barriletes de su propia autoría, creador de un magnífico y muy novedoso barrilete "Star". ¡Miren las fotos para tener una idea de este maravilloso barrilete de dos metros! Y, créanme cuando les digo que este barrilete vuela con la misma belleza que pueden apreciar.
Así fue que decidí poner en vuelo uno de mis barriletes, y me dirigí a tomar mi tubo de barriletes de la camioneta de Roberto Cassanello. Cuando iba caminando, oí que alquien me llamaba: "¡Hey, Geezer!" (loco) Se trataba de mi buen amigo Mario Di Lucca, de Victoria, British Columbia en Canadá. Mario es un viejo amigo de barrileteadas que conocí hace unos años y, si bien hoy vive en Canadá, nació y se crió en Mar del Plata, a unos cientos de kilómetros al sur de donde estábamos en Vicente López. Mario había venido a visitar a su familia, y decidió pasar por la Fiesta del Viento en su camino al aeropuerto de Buenos Aires, de regreso a Victoria B.C. Así que nos abrazamos, y hablamos de los buenos tiempos que hemos compartido, de la Fiesta, y también discutimos sobre el futuro. Fue realmente grandioso ver a Mario, tan lejos de nuestros propios hogares. Mario sólo permaneció un corto tiempo con nosotros porque debía partir en avión, pero estuvo bueno compartir un rato con otro hermano barriletero.
Mario se encaminó a volar Revos con Gustavo Di Si, una pasión especial de estos dos hombres, y antes de partir para el aeropuerto rumbo a Norteamérica, se detuvo para abrazarme, una vez más. "Muy bien, ¡hasta la vista, Mario!"
Bien, mi primer barrilete en el aire fue una hermosa creación celular de Robert Brasinton, uno de mis barriletes favoritos y uno de los más bellos en todo el mundo en mi humilde opinión. Francamente, ¡a veces dudo si el barrilete es mío o si YO le pertenezco! Y este barrilete desplegó su magia nuevamente, así que volé durante un buen rato, ensimismado, como siempre. Así, a veces a la gente (incluyéndome a mí) le parece que durante los festivales de barriletes estoy todo el tiempo charlando con la gente y tomando fotografías, y tomando nota para los artículos, pero a menudo me tomo un momento para remontar un barrilete o dos.
Cuando el Brasington celular comienza a dar vueltas por una ráfaga de viento, lo bajo con cierta pena, y vuelo uno de los maravillosos Pocket Rockets de Ron Givian, otro barrilete que me resulta muy placentero volar. Sí, probablemente le robe cerca de una hora a mi "trabajo" en la Fiesta del Viento, SIN CULPA alguna... ¡Qué divertido!
Luego vuelvo a charlar con amigos, y retorno a las actividades de la fiesta. Para entonces, lo que comenzó como un día cálido ya se había convertido en definitivamente ¡CALUROSO! No poseo un buen termómetro, pero no me sorprendería descubrir que la temperatura hubiese trepado a tres dígitos en la escala Fahrenheit. Así que volví en busca de sombra en una de las carpas, y me senté a conversar con Claris Skoczdople, un hombre de Buenos Aires, muy encantador, simpático y sumamente generoso, y también con Nelson Borelli, otro argentino que ahora vive en la zona de Chicago. Claris es quien obtuvo este año el Primer Premio en la competencia de Barriletes en Miniatura de AKA, en Gettysburg, con su espléndido Mini-Witch, y Nelson, quien frecuentemente hace presentaciones en los EE.UU., enseñando su barrilete Indoor Fighter, estaba de regreso en Argentina para dictar su taller a amigos argentinos el día anterior a la fiesta, para luego, al finalizar el festival, ir a visitar a su propia familia ubicada unas cientos de millas al oeste de Buenos Aires. Nos sentamos a charlar y maravillarnos con el espectáculo a nuestro alrededor. El cielo estaba repleto de barriletes ahora, casi todos creados por los mismos pilotos, incluyendo a la fantástica Pulpería (barriletes Pulpo inflables) que construyeron los miembros de BaToCo. E hicimos bromas a Mabel del Río, una adorable dama, piloto de indoor, absolutamente ESPLÉNDIDA piloto indoor; también bromeamos -sin piedad- sobre su bronceado...
Pero el festival pronto concluyó. Ya era hora de empacar y tomar una ducha rápida en el hotel, para ir luego al banquete nocturno. No nos lo queríamos perder... Este año el banquete se realizó en lo que nosotros, los norteamericanos llamaríamos una suerte de trato entre un Smorgasbord y una cafetería. La carne asada argentina estaba espectacular, y las barras de comida les permitieron a los hambrientos barrileteros llenar sus estómagos y disfrutar del sosiego puertas adentro luego de un largo día con los barriletes al aire libre. Todo el mundo comió y bebió a morir (vino, cerveza, gaseosas y café, así como también postres estaban incluidos en el precio), y todos comieron opíparamente al cabo de una larga y calurosa jornada, y yo hice lo que pude para sostener las charlas al mínimo luego de la cena.
La mañana del domingo amaneció radiante y despejada, una copia perfecta del día anterior, con la salvedad de que resultó apenas más fresca que el sábado. Entonces, luego de un rápido desayuno con café y rosquitas, nos pasó a buscar nuestro amigo Claris a Nelson Borelli (quien también se hospedaba en mi hotel) y a mí, para llevarnos al predio de la fiesta. Como ahora ya conocíamos el ejercicio, nuestra llegada fue un tanto más relajada que el día anterior. No obstante, sería un interesante día repleto de eventos, y no estábamos dispuestos a perdernos ni un minuto. Exactamente todo lo contrario, en realidad.
Hoy resultó ser el GRAN DÍA para la Fiesta del Viento, al revés que en la mayoría de los festivales en Norteamérica. Por alguna razón, los argentinos tienden a concurrir más los domingos que los sábados, o al menos eso es lo que ocurrió tanto este año como el año pasado. En total, diría que este año hubo alrededor de 5.000-7.000 espectadores, unos menos que los 10.000 del año pasado (según lo estimado por funcionarios municipales). De todos modos, durante buena parte del día pareció estar lleno de gente, lo suficiente como para que requiriese una buena planificación previa ir de un extremo al otro del campo antes de intentarlo.
Y una de las cosas que lamenté el día anterior fue no haberme juntado con los otros viejos que remontaron La Banderola. La hicieron volar una o dos veces, pero siempre estuve en alguna otra parte o, si no, ocupado. Pero me recordaron que el viernes por la noche, durante una pequeña fiesta, había dicho que sinceramente deseaba poder unirme a los hombres deslizándose con la línea. Me había quemado ambas manos con la línea del barrilete el primer año que vine a la Fiesta del Viento, y no había tenido la oportunidad de "redimirme" el año pasado. Pues bien, estos argentinos no tienen problemas de memoria, por cierto, y conseguí exactamente lo que quería este año, y más aún, ¡tiempo para que yo pueda ayudar a volar La Banderola!
¿Qué es La Banderola? Pues, piensen en un barrilete hecho con una enorme sábana de Tyvek, de alrededor de 20 pies de ancho por 80 o 90 pies de largo. Coloquen algunas quillas de punto de remolque al frente. Pinten los dos extremos exteriores con escenas de Argentina, con un fondo predominantemente celeste, pero dejen la tercera banda central de color blanco. Así tendrán los colores de la bandera nacional Argentina. Ah! Luego pinten su nombre -BA TO CO - en forma vertical en la franja blanca del centro. Les di una idea, pero si miran las fotos seguro que los ayudará a visualizar esta mascota. Y, así de simple, es una verdadera "bestia" para volar... De manera que la única forma de manejarla es sosteniendo el punto de remolque DIRECTAMENTE contra el viento, porque maniobrarla es prácticamente imposible. Ah! Y la estabilidad tampoco le va bien por mucho tiempo...
De modo que el proceso completo comienza con 2-3 hombres grandes transportando este "barrilete" al campo y desplegándolo. Hay que contar con un grupo de gente que pueda sentarse sobre el barrilete para sostenerlo mientras trabajan con él. Ahora aten un punto de remolque pesado -una línea trenzada de media pulgada de espesor- a las líneas de la brida punto de remolque, y luego procedan a probar y orientarla inerte en el viento. Créanme, un par de grados afuera para cualquiera de los lados no va a funcionar... ¡tiene que estar casi perfecta! Cuenten con al menos media docena de hombres adultos (más aún si hay viento) ubicados a lo largo del punto de remolque, a casi a dos metros de distancia entre sí, y deben estar listos para TIRAR cuando se les pida! ASEGÚRENSE DE QUE TODOS LLEVEN GUANTES!! Luego hagan que las dos personas que sostienen los extremos frontales hacia abajo, levanten el barrilete unos pies del piso. Eso es todo lo que hay que hacer (tal como me explicaron a mí...).
Así que me puse los guantes y me ubiqué en el punto de remolque...Se pierde el tiempo orientando el barrilete derecho, lo que pareciera llevar una eternidad. Finalmente, es tiempo de volar, los hombres de los extremos lo levantan, el borde frontal de La Banderola se eleva, y Héctor Cesaretti, que maneja la tropa grita "TIREN" y marchamos...
Un instante después, es obvio que el barrilete NOS lleva, y está como arrastrándonos y tironeándonos a través del campo, con incrementos de uno o dos pasos! Luego Héctor grita por encima del hombro: "DAVE... VEN AQUÍ..." ¿Qué diablos? Suelto mi agarre en el punto de remolque y me dirijo hacia donde está Héctor. Me dice: ¡AQUÍ... TU MANEJAS!!!"... y me pone las manos sobre un pedazo de madera que ataron al punto de remolque.
Inmediatamente me vienen imágenes intermitentes de mí mismo maniobrando a una docena de hombres bien grandes, hombres de buenas familias y buenos ciudadanos, ¡pateando y gritando endemoniados mientras eran arrastrados por un barrilete gigante que simboliza a todo el país! Héctor vocifera: ¡ "Tienes que seguir al barrilete, nada más! Si va hacia la izquierda, TÚ vas hacia la izquierda... Si va hacia la derecha, Tú vas hacia la derecha..." Luego Héctor se va hacia mi antiguo sitio en la punta de remolque, y agrega un poco de "freno" ¡para evitar que viremos hacia la Perdición!
Pienso: "¿Quién diablos pidió esto... y cómo me metí en este lío, de todos modos?", pero -así y todo- tengo las manijas... así que, demonios, hagamos el intento! Mientras, el barrilete se deslizaba directamente sobre mí, así que empujé el punto de remolque hacia la derecha, para aprovechar el viento, y pareció funcionar...! Y luego, el barrilete se desliza hacia la izquierda otra vez, y yo respondo, moviéndome hacia los lados con el barrilete otra vez... Hey! No era TAN imposible... Y el barrilete se desliza hacia la derecha, y respondo… Otra vez a la izquierda, y vuelvo a responder. Por último, empiezo a "sentir" la cosa, y me doy cuenta de que cada oscilación hacia los lados parece ser un poco menor que la anterior, y me digo: "Ahora deja de ser arrogante y sólo mantenlo y sigue la corriente..."
Estamos volando en el inmenso Campo de Exhibiciones. Hay cerca de 2.000 personas mirando mis payasadas, pero al menos estoy en forma y la cosa se mantiene en el aire... Tengo mucho espacio... Bueno, ¡casi!
No sé quién es él, pero echo un vistazo con el extremo de mi ojo. A la derecha, hay otro tipo que decidió que era el momento oportuno para mostrar SU espíritu nacional, también. Así que remontó un gran delta, de cerca de 15 pies de ancho. Punteras celestes con el centro blanco y un sol amarillo en el medio... Sí, los colores nacionales... Y junto a la línea de vuelo, ató un manojo de banderines amarillos con soles en cada uno de ellos. Y ahí va, a la derecha de nosotros, lento, quieto e inmóvil.
Entonces --- La Banderola se desliza otra vez hacia la derecha y yo continúo, con suerte corrigiendo el punto de remolque para que el barrilete esté otra vez contra el viento. Sí, ya me di cuenta: La Banderola sigue deslizándose hacia la derecha. No tengo opción más que deslizarme con ella... "Jesús!", rezongo, conteniendo la respiración.
Y NO PUEDEN IMAGINARSE LA ORACIÓN QUE SIGUE A ESTA SAGA, ¡¡NO TIENEN LA MÁS MÍNIMA IMAGINACIÓN!!
Sí, La Banderola se deslizó derecho hacia la línea de vuelo del delta y se plegó justo alrededor de él, tras lo cual La Banderola, el vistoso Delta y todos esos banderines "soleados" se enredaron en el campo.
No, nadie se lastimó. Ningún barrilete se rompió (que yo sepa).
Fin del primer intento de Dave para Pilotear (o ser arrastrado por) La Banderola. Y, mi único "intento" hasta aquí. Sí, ahora que ya sé lo que hago, con gusto voy a volver a probar. Tengo algunas ideas sobre este barrilete, también. La próxima vez, me gustaría agregar más avances y retrocesos a mi arsenal "conductor". Sí, CLARO que fue Divertido!
¡Y sería negligente de mi parte si no le diera las gracias públicamente a todo BaToCo por la increíble oportunidad de intentar pilotear La Banderola! ¡MUCHÍSIMAS GRACIAS, muchachos! La oportunidad de volarla fue fantástica. ¡El barrilete es MAGNÍFICO! ¡Y ustedes, gente, son PRÍNCIPES, todos ustedes, sin excepción!
Nota del Autor y Descargo: Yo estaba presente y en el campo durante el vuelo siguiente de La Banderola con mi cámara. Así es como tomé las fotos que se publican aquí en Kitelife! La voló un piloto experimentado. Y debido a las variaciones de los vientos, pasó algunos pocos segundos muy intensos directamente sobre esos inmensos monumentos de hormigón que se ven en las fotos. Afortunadamente, se deslizó hacia la izquierda antes de que una fuerte corriente de aire la agarrase y pudiese doblarla en un miserable revoltijo sobre el campo. ¡Sí, el barrilete está perfecto!
Luego de ese lindo y divertido esfuerzo, llegó el momento de un tomar un poco de agua y sentarse. Pero no duró mucho, los eventos continuaban y había que tomar fotografías. Así que ahí estaba yo con mi cámara. Las fotos de "la gente" las saqué en ese momento.
El domingo, cuando no estaba usando el campo de Demo como mi "corralito" personal, dejé que lo usen para otros eventos, claro. Allí se realizaron algunos vuelos bastante buenos, me complace contarles. Así que, sin seguir un orden en particular, les relato algunos sucesos que valen la pena.
Contra Viento es un excelente equipo de vuelo, de la vieja escuela. Todos son pilotos avezados, por lo general hay cuatro personas en el equipo, pero uno de ellos no pudo asistir al festival. No importa... Volaron con tres pilotos, entonces. Son los muchachos que sostienen el montón de barriletes arco iris con las colas largas, y ¡tuvieron a la multitud en las palmas de la mano! ¡Estuvieron realmente fantásticos!
Gustavo Di Si es bien conocido por sus vuelos creativos e innovadores, y siempre sus shows se destacan. En esta oportunidad, hizo volar tres al mismo tiempo, a la Ray Bethell. Él tuvo un gran desempeño también, y los espectadores se sorprendieron por su habilidad, control y su talento con los barriletes. GRAN trabajo, Gustavo. Y, ¿quieren saber un secreto? Se dice que lo vieron practicar junto al río ¡con dos dualies y UN QUAD al mismo tiempo! ¡Bravo!
El equipo TENSION también voló. Se trata de un equipo establecido, y dos de sus cuatro integrantes se incorporaron este año. Tuvieron un buen desempeño, y recibieron cálidos aplausos y buenos augurios por parte de la audiencia. ¡Sigan así, muchachos!
A su vez, el Quad Team hizo un vuelo demo. Ellos son pilotos veteranos, que se juntaron cuando John Barresi estuvo conmigo en Argentina en 2006. No sólo vuelan bien, sino que también están todos muy involucrados en otras actividades barrileteras, por lo cual ahora sólo utilizan a este equipo como Demo y un medio para "divertirse", en lugar de su pasión inicial por los barriletes. ¡Buen trabajo, amigos!
Y, antes de que me olvide, el Freaks Team también voló Demos. Estos amigos, todos miembros de la misma familia, ¡son increíblemente buenos pilotos y lo hacen cada vez mejor! En el World Sport Kite Championships de 2007, el Freaks Team finalizó dentro del pelotón del medio. Y aunque esto puede parecer poco, demuestra un gran crecimiento como equipo, venciendo a grupos experimentados en el proceso. ¡Sigan así, Freaks! ¡Van a llegar!
En el campo de Exhibición de Barriletes, el espectáculo me maravilló, fascinado ante tantos barriletes artesanales de calidad. Sí, había varios inflables grandes provenientes de Gomberg Kite Productions International. También había algunos barriletes comprados en negocios. Pero la mayoría de los barriletes eran artesanales, construidos por artesanos locales. Muchos demostraron tanto un excelente nivel artesanal como un vuelo elegante y bello.
Me resultaron particularmente interesantes los barriletes artesanales Pulpería, construidos por BaToCo, con telas de polietileno (sí, como "bolsas de residuos"). Cuando en una oportunidad tomé fotos de 21 Octos de Peter Lynn, volando para un nuevo Record Mundial, envié una foto aquí, a Argentina, y obtuve una sorprendente respuesta. ¿Cuál? Me dijeron: "¿Un Record Mundial? Hemos construido cerca de 50 Octos la semana pasada, ¡y los volamos todos!" Bueno, estos NO son los Octopi de Peter Lynn, que cuestan $5K el barrilete, pero con toda seguridad volaron bien y se veían encantadores en el cielo. ¡Y, son también muy baratos!
Vean en las fotos la toma "del que se escapó!" Sí, uno de los barriletes Pulpería de BaToCo LOGRÓ escaparse casi al finalizar el festival. Planeó atravesando un camino lateral y aterrizó dentro de una cancha de fútbol de un club local, aplastándose contra un cerco. No, no estaban jugando al fútbol en el momento en que el Octo encontró su final. Pero... siempre entristece perder un lindo barrilete.
Al concluir la Fiesta del Viento, presenciamos la Batalla Rokkaku 2008 para el festival. Cerca de dos docenas de Rocks se alistaron para empezar, y el "último hombre en pie" estaba allí, solo, en menos de diez excitantes minutos. Por si piensan que una batalla Rok no es interesante, permítanme decirles que NO son competencias aburridas, para nada. Los muchachos REALMENTE saben!
Y… como atractivo adicional, este año hubo una batería de tambores sonando mientras transcurría la batalla. Aparentemente, en Buenos Aires hay un grupo de tamborileros que construye y toca Tambores Taiko, una clase de tambor que los japoneses desarrollaron específicamente para batallas militares. Tienen un sonido increíble, con un grave profundo, y un resonante "eco" vacío. Pues bien, los tambores y tamborileros resultaron tan emocionantes como la batalla misma, y mantuvieron a la audiencia y a los contrincantes con un nivel de regocijo febril sin parar.
Este final del festival con la Batalla Rok y los tambores resultó inolvidable. La división entre bajadas y cortes fue muy pareja, y hubo pocos momentos sin que alguien no estuviese muy amenazado. No tengo idea de quién piloteaba el barrilete que quedó al final, pero sé que sobrevivió a amenazas y batallas feroces. Felicitaciones a TODOS los que estuvieron en la batalla, del primero al último en sostenerse en vuelo. Todos son ganadores para mí!
Y llegó el final. Sólo quedaba empacar y seguir viaje. Este año, pasamos un momento extraordinario, como de costumbre. Y, Si Dios Quiere, volveré el año próximo a vivir la experiencia de la Fiesta del Viento otra vez. Honestamente, estoy impaciente. Después de todo, quiero otra oportunidad con La Banderola...
¡Buenos Vientos y Buenos Amigos!
Dave