Me gustaría contarles una salida que hicimos en diciembre. Trepamos el Cerro Huinca, que mide aproximadamente 2000m, llevando un barrilete sencillo y transportable - semiflexible - para remontar en la cumbre. Hacía tiempo que veníamos con la idea de remontar un barrilete en cada cerro que subimos, pero entre olvidos y distracciones, fueron unas cuantas excursiones hasta que finalmente metimos barrilete, piolín y colas en la mochila con la firme intención de llevar a cabo la experiencia.
Cerro Huinca está situado al norte del Lago Guillelmo. Al ascender, se atraviesa un hermoso bosque de lengas hasta salir al peladero y los pedreros, donde a esta altura del año, quedan apenas unos manchones de nieve. La picada fue abierta hace un año así que no es muy conocida y no está muy bien marcada.
Desde la cima la vista hacia los lagos Guillelmo y Mascardi, y los cerros Padre Laguna y Siete Colores, es espectacular. El viento soplaba a unos 40km/h y parecía venir de varias direcciones, así que hubo que colocar mucha cola y al principio se nos enganchaba en las rocas y los arbustos achaparrados… luego remontó vuelo, para nuestra gran alegría.
Así entretenidos, vimos como se iban acercando cuatro cóndores , dos adultos y dos pichones. Son aves muy curiosas, y era evidente que venían a mirar el barrilete. Los juveniles eran los más audaces, y se acercaron tanto que podíamos ver como giraban la cabeza para observar ese extraño artefacto volador en su territorio. Volaron alrededor nuestro durante largo rato, mientras admirábamos su destreza y sacábamos fotos. El vuelo del condor es lento, majestuoso, sin aleteos, sólo algún movimiento sutil de las plumas de punta de ala. Y cuando encuentran una térmica, en instantes ascienden más allá de la vista. Fueron momentos de suma admiración y deleite: los cóndores son maestros del vuelo!
Dejamos un mensaje en la lata de cumbre: "Primer barrileteada en la cumbre, Diana Ross y Roberto Trinchero, diciembre 2008". Queda la intención de repetir el remonte en otros cerros, y desde ya recomendamos llevar un barrilete bajo el brazo o en la mochila cada vez que se sale de excursión. Puede convertirse en una experiencia inolvidable.
Diana Ross
Enero 2009