Lo que comenzó como un sueño, finalmente lo convertimos en una realidad: viajar a China, Japón y Malasia, para los barrileteros es una visita al paraíso.
Claris y yo emprendimos un viaje largo, muy largo, pero bueno, es al otro lado del mundo: Ciudad del Cabo, Johannesburgo, Kuala Lumpur y finalmente Beijing! Treinta horas de vuelo más las esperas, la diferencia de uso horario, nos envolvió en una extraña sensación de confusa atemporalidad. Llegamos al atardecer dos días más tarde desde nuestra partida. Y comenzó el asombro: todo es monumental, el aeropuerto, las autopistas, las avenidas, los edificios. No son suficientes los ojos para captar la diversidad de formas, colores y estructuras.