Recién llegado de tierras orientales, lo llevamos a la Costa para que se acriolle. A juzgar por el comportamiento, le gustó el lugar: voló tranquilo con viento del Río, parejito y esbelto. Eso sí, requiere de la atención de unos cuantos, de coqueto que es nomás.
No vino solo y trajo papeles como para quedarse por estas latitudes. Anda con ganas de rumbear unos 300 km al norte, pa’ mediados de septiembre. Ya están tramando algo con el Gran Dragón del Sur. Veremos que vientos soplan…
Unas fotitos de adelanto y en unos días un Photo Story by Baterflai (una fotonovela para los mas veteranos).