De la crónica de BaToCo
Este fin de semana se realizó el 10° Festival de Barriletes Pintemos el Cielo de Rosario que organiza Mundo Hobby y la Municipalidad de Rosario. La convocatoria tuvo ese gusto de saberse consolidado en una actividad, lujo que sus organizadores pueden darse y que se corresponde con el esfuerzo que año a año llevan a cabo para perfeccionar la tarea de poner en un mismo escenario pilotos y barriletes de diferentes lugares del país en este rincón de la argentina.
Este año la mirada estuvo puesta en el recuerdo y en el camino transitado hasta aquí gracias a que el Festival cumplió diez años de realización y como ya es grandecito puede comenzar a contar su propia historia la que en palabras de Susana Fandiño, Ariel Ileanes y Ariel Carnevali se ha gestado con un sentido social para todos los participantes del evento.
Algo que nos llenó de alegría al tiempo que se transformó en melancolía fue el recuerdo de José Luis Baldessari cómo una de las personas que más empuje le dio a Ariel Carnevali para sostener los primeros años de este evento. En ese instante la magia del recuerdo nos trasladó a ese aporte que desde Alto Vuelo le hiciera por aquellos años este señor del barrilete y que de alguna manera fuera también el enlace con BaToCo.
En la cena de camaradería se recrearon los distintos momentos que vivió el Festival en todos estos años gracias a que el grupo Rosario Vuela realizó un video en el que vimos la evolución del Festival en el tiempo elemento que nos dio la pauta de quienes fueron los que jamás se perdieron un festival rosarino. Así fue que el galardón fue entregado a Samy por estar en todas las fotos.
En ese clima de recuerdo la señora Susana Fandiño homenajeó la presencia de las compañeras de los barrileteros con quienes en el tiempo se fue relacionando motivo por el cual se consolidó entre nosotros una vieja idea que teníamos sobre la presencia femenina en el grupo. También se resaltó la labor de BaToCo en la persona de su presidente Roberto Cassanello quien recibió una placa conmemorativa de estos diez años, sin olvidar el reconocimiento a Gustavo Sonzogni por ser el referente más fuerte en el que descansa una buena parte de la organización desde Buenos Aires.
Además, se entregaron dibujos de artistas que iban caricaturando a los presentes y por supuesto cada uno se llevó el consabido mate del festival, para no romper con la colección, solo que este año venía acompañado de una bombilla.
El festival propiamente dicho fue la suma de dos días impecables de sol con muy buen viento y un manto de alegría provisto por los presentes que volaban sus barriletes mientras los pilotos hacían piruetas al tiempo que el cielo se vestía de barriletes gigantes. Los equipos que participaron fueron el Alto Vuelo Team, El alma del Piloto, Contra-Viento, Megateam 4 hilos de BaToCo y el Freaks Team. Todos juntos al final participaron de la Batalla de Rokkakus y este año, debido a la ausencia con aviso de Héctor Cesaretti, se hizo acreedor de un trofeo el Señor Pablo Akerman de BaToCo quien representó muy bien la tarea de derribar a los otros barriletes con su rokkaku artístico?
Como no podía ser de otro modo, en la ciudad que supo ser la cuna de la bandera, quien mejor voló en esta ocasión fue nuestra querida banderola, el proyecto grupal de BaToCo, que al parecer jamás lo hizo como en esta ocasión alcanzando una altura considerada y dejando absortos a los presentes.
La barrileteada nocturna, una idea de los organizadores, nos encontró el sábado por la noche mirando un cielo impecable de barriletes que mientras volaban tímidamente iluminaban como estrellas el oscuro cielo que cubría el Parque Scalabrini Ortiz. Así cerraba la primera jornada que se repetiría con mayor público el día domingo, momento en el cual el festival reunió a muchísimas familias a tomar mate mientras pasaban una tarde de sol, allí en el corazón mismo de Rosario.
Alejandra Val