“La Boca es mi taller, mi refugio y mi modelo.
Todo lo que hice y todo lo
que conseguí es un premio a la fidelidad. En mi vida y en mi arte
permanecí siempre fiel a mi gente, a mi puerto y a mi barrio”
Benito Quinquela Martín
Años atrás, el Maestro Benito Quinquela Martín, estableció esta distinción para aquellas personas (aquellos locos) que se atreven a transitar por este mundo como cultores de la verdad, el bien y la belleza.
En el pasado fueron merecedores de esta distinción Luis Sandrini, Tita Merello, Conrado Nalé Roxlo; Ezequiel Martínez Estrada; Charles Chaplin, Mariano Mores, Raúl Matera, Nicolás García Uriburu, Antonio J. Bucich, Alberto Ginastera, Vito Dumas, Pedro Coscio y Benjamín Cohen, entre otros. Más recientemente: Hugo Irureta, (artista plástico), La Sra. Estela de Carlotto (Fundadora de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo), laSra. Nelly Omar, cantante.
En la edición 2010 de La Orden del Tornillo fue distinguido el Dr. Rubén Sosa, por su trayectoria.
El acto se realizó el 7 de Diciembre pasado, en el Museo de Bellas Artes de la Boca Benito Quinquela Martín.
Orden del Tornillo:
“Es inútil pedirlo, ni hacer méritos. No es loco quien quiere, sino quien puede”
Benito Quinquela MartínTodo comenzó en la Agrupación de Artes y Letras La Peña, que tuvo como primera sede el Café Tortoni. Allí se organizaban conferencias, exposiciones y conciertos, se abordaban temas como la condición del hombre y sus posibilidades o el arte y la política. Los integrantes de esta asociación eran artistas jóvenes; tales como Thibón de Libián, Xul Solar, Pablo Curatella Manes, Alfredo Bigatti, Agustín Riganelli, Juan de Dios Filiberto, Alfonsina Storni y Francisco Luis Bernardes, entre otras figuras de la cultura
Al cerrar La Peña, Quinquela comenzó a recibir a sus amigos en su atelier en el tercer piso del Museo de Bellas Artes de La Boca. “Para la gente común, preocupada por las cosas materiales, estos hombres y mujeres viven en estado de locura. Ellos saben de esta opinión y la aceptan con humor. Son “los locos” que se evaden de los cuerdos, de los egoístas, de los calculadores. Para contrarrestar la vanidad de los cuerdos, estos locos decidieron tener honores, por lo que Quinquela creó La Orden del Tornillo como marco travieso, dándole irónicamente, coherencia a la locura. Bajo en el manto de un fino humorismo se ocultaba una intención seria: todos los miembros de la Orden debían ser cultores de la Verdad, el Bien y la Belleza.
La incorporación de nuevos miembros se convirtió en una fiesta esperada, Quinquela se colocaba su uniforme de mariscal y hacía entrega al “Atornillado” de un diploma que lo acreditaba como tal, junto a un simbólico tornillo. Todos los distinguidos recibían la advertencia:”Este tornillo no los volverá cuerdos, muy por el contrario, los preservará contra la pérdida de esa locura luminosa de la que se sienten orgullosos.” A continuación, y alrededor de una gran mesa con mantel de papel blanco, brindaban con vino y comían fideos de colores…
Rubén comparte con nosotros el texto que leyó - al lado del Maestro García Ferré quien aceptó el desafío que en el figura - en oportunidad de recibir la distinción.
De perros hambrientos y niños a salvo
Decidí escribir para comunicarles estas ideas que en torbellino rondan por mi mente porque tengo la plena certeza que la emoción me ha desordenar el pensamiento ya bastante caótico en mí… y no hay ordenador más eficaz que la escritura.
Quiero hablarles como pediatra que soy. Este momento que vivo es para mí de vital importancia. Siempre digo en la aceptación de un premio que la etimología de la palabra significa punto de partida. Me pregunto ¿Cuál será hoy mi punto de partida?
¿Pertenecer a esta orden a la que pertenecieron Carlos Gardel , Alfonsina Storni, Charles Chaplin como tantos otros y hoy compartirlo con el hombre que pobló mi infancia de imágenes -inexplicables desde las palabras- tiene un fin determinado? De pequeño, querido Manuel, cantábamos juntos con mi tío Mario camino a la placita Sudamérica en Villa Lugano y yo decía:
- Tío… tío… en el mundo no hay como vos…
-Ay querido sobrino mi infancia que lejos está… decía él.
Imagínense entonces ustedes lo que es para mí estar hoy aquí…
Ese niño que creció con las revistas de Anteojito y Antifaz , con Neurus y Larguirucho, luego muchacho, hoy hombre, lloró al ver que su primer hija Giselle de dos añitos se emocionaba y lloraba frente al televisor –ahora color - con la película de Trapito…
Este hombre que ahora soy no se pregunta porque estoy aquí… El porqué no importa.
Lo que importa es el para qué de las cosas, para qué estoy aquí…
Para poder explicarlo tengo que contarles una historia de niños expósitos.
1779: Buenos Aires tiene unas 10 cuadras a la redonda y no más 20 mil almas, hace tres años se había creado el Virreinato del Rió de la Plata y el puerto de Buenos Aires era la salida al viejo mundo sediento de las venas abiertas de América Latina.
Para defender este bastión estratégico el rey de España Carlos III, envió un ejército de 9 mil soldados.
Esta situación social de hombres que vienen por mar sin las suyas, encuentran mujeres en tierra que serán por mucho tiempo poco menos que objetos, esclavas tantas de ellas arrancadas del África, genera como consecuencia cientos y cientos de embarazos no deseados.
Esta situación lleva irremediablemente el abandono de estas criaturas.
Los vecinos de Buenos Aires levantaron su voz ante el Virrey Vertiz. Hombre sensible para con estas tierras del sur, tal vez por ser el mismo nacido en ellas, criollo el Virrey… que lee los escritos traídos por Riglos donde los Escalada, a los Ramos Mexia, Pereira y Lucena, Rodriguez de la Vega cuentan:
Que los vemos mutilados por las mañanas, carcomidos por los perros cimarrones.
Que hemos encontrado niños ahogados en los charcos.
Que hoy uno fue encontrado muerto de frío en el umbral de una puerta de este invierno cruel.
Que los chanchos salvajes se han comido…
Incertidumbre si estos niños al menos estaban bautizados.
Entonces Vertíz ordena el 14 de Julio de 1779 crear el Hospital y Casa de Niños Expósitos y no será casualidad que la primera criatura que ingrese el 7 de Agosto del mismo año y que sea una niña de dos meses de raza negra abandonada por una esclava, fue bautizada con el nombre de Feliciana Manuela. Vivió tan solo un año y sus restos descansan hoy dignos, en la Catedral de Buenos Aires, cerca del General San Martín…
El tiempo transcurrió y por el llamado torno (una especie de plato giratorio que permitía dejar a los niños y ser recibidos del otro lado sin que el otro viera) fue depositado un niño en ese miserable artefacto que al decir de Centeno …producen huérfanos de padres vivos.
Se escuchó el sonido de la campana en la puerta de entrada a eso de las ocho de la noche, ese 20 de Marzo de 1890 y anunciaba que un nuevo expósito había sido depositado en ese artefacto giratorio, dicen textualmente los documentos de la Casa Cuna:
Entró este niño como de 20 días de edad, con camisa, pañal y ombliguero de Madrás, faja blanca de algodón, gorrito y tres mantillas de bombasí, un trapo grueso de algodón y la mitad de un pañuelo de hilo, por señal tenía un papel que se numeró 447.
Se bautizó al otro día.
El 16 de Noviembre de 1897, cerca de cumplir los ocho años de edad una mujer del barrio de la Boca llamada Justina Molina esposa del carbonero genovés Manuel Chinchella adoptó a ese niño, vino con un vecino para que firmara por ella ya que era analfabeta.
Y allí fue nuevamente parido a la vida, vivió en la calle Irala 1159, se llamaba Benito que decía: ¡ahora tengo un papá y una mamá para mí solo!; comenzó pintando en el suelo con carbones… luego como todos ustedes saben creció pintó su aldea; es decir pintó el mundo.
Firmaba Quinquela y luego agregaba en grande y mayúscula MARTIN nombre que le había puesto su madre biológica, y al decir de Pablo Croce en el libro de la Casa Cuna, Martín… como llamándola, para que ella viera en lo que se había convertido el hijo al que nunca llegó a rescatar.
Casi todo lo que hoy nos rodea, fue creado por él, este Museo con sus cuadros de fuego, carbón y trabajo de estibadores doblados como juncos al viento, de barcos arco iris, de astilleros humeantes y atardeceres incendiados, de esta vuelta de Rocha , también nos rodea el jardín de infantes número 6, El teatro de la Rivera, el lactario numero 4, el instituto Odontológico Infantil, la Escuela de Artes Gráficas Número 31, y más allá en la Casa Cuna, porque nunca negó su origen, el óleo enorme que obsequió y que luce una de las paredes de la dirección, creó de su bolsillo premios para estimular a los colegas en el Salón Nacional y esta orden a la que ahora pertenezco.
Y permítaseme el atrevimiento y mi falta de humildad de imaginarme al mismísimo Quinquela diciéndome vestido de Gran Almirante de Tierra y Mar…” en el sótano del Tortoni en una mesa con mantel de papel madera, mientras comemos fideos de colores y nos tomamos unos tintos.
¿Y pibe…? ¿Qué vas a hacer ahora?
Premio es punto de partida… vos mismo lo dijiste…
Mirá que yo me salvé porque una institución me albergó y tuve la suerte de ser adoptado y querido. Después pude…y tuve memoria y seguro que salvé a muchos con las escuelas, el arte…
Sabes pibe… los perros y los chanchos que se comían a los expósitos ya no están, pero ahora hay otros devoradores ¿Entendes?
Son los perros salvajes del paco que les come el cerebro a los pibes, el poxiram que le pudre los pulmones, son los cerdos que tienen a Mercurio como dios y que generan la desocupación de los padres, la falta de presupuesto para la educación, la trata… el abuso sexual, la violencia, ya no hay esclavas pero el maltrato a las mujeres está a la orden del día, violencia de género le llaman…
Y sigue habiendo expósitos, si… esos pibes y pibas que expone esta sociedad los ves todos los días en el hospital.
Todos los días.
Y vos los ves de última en el hospital porque antes los viste también:
Los ves cuando te abren la puerta del taxi en Constitución.
Los ves cuando le decís que no…¡que no! que el parabrisas está limpio.
Los ves cuando te hacen la función de circo y sus malabares en los tres exactos minutos del semáforo en rojo de la nueve de Julio. Y uno, baja no sin miedo, el vidrio de la ventanilla izquierda y sufraga con una moneda la millonésima parte de su culpa.
Los ves después con infecciones que son fácilmente evitables como decía ese otro loco de Ramón Carrillo “Ante la miseria y la pobreza los gérmenes como causa son unas pobres causas”.
Los ves crucificados con los sueros por diarreas que no tendrían que tener.
Los ves con varicelas infectadas porque no hay mucha agua y menos educación y la vacuna es tan cara…
Los ves abusados sexualmente, el servicio de maltrato está al lado del tuyo que es infectología …
Y que vas a hacer con la Orden del tornillo, ¿Aplaudirte frente al espejo?
Te pregunto por lo que te preguntabas al principio ¿Para qué estas hoy aquí?
Creo, maestro, que estoy para seguir andando, tachonando el cielo de colores como a usted le gusta Almirante, remontando barriletes con mis pacientes, el año que viene quiero ayudar a los padres de los niños autistas y los que tienen trastornos generalizados del desarrollo y déficit de atención, son miles y su diagnóstico suele ser tardío y se pierden muchas oportunidades.
Quiero hacer con ellos talleres de construcción de cometas como lo hicimos algunas vez con niños ciegos, o como aquel año con los niños con cáncer y gracias a esa barrileteada se creó la lista única de donantes de medula ósea o aquella de los abuelos que estaban solos y dementes en los geriátricos y construyeron ellos cometas para mis pacientes.
Quiero ayudar a esos padres de aquellos niños a impulsar una ley nacional para que los proteja, no la tienen aún.
Y también quisiera convencer a Manuel García Ferré, que quiere el destino que nos crucemos y que juntos ideemos un personaje.
Yo como pediatra, tiene todo mi tiempo y mis ganas y mi locura por supuesto y el con el dibujo y el arte que le brota como manantial.
Que el personaje sea uno de estos nuevos niños expósitos, que se sepa, que lo vean todos, que tenga difusión masiva.
Un niño como fue usted Almirante con un destino incierto rodeado de perros cimarrones al acecho pero salvados por una institución en este caso la Casa Cuna, quien sabe tal vez al personaje sea rescatado, salvado por una ONG…un Gold Silver con sensibilidad social como Vertiz…
Un niño en alto riesgo social, y que algo o alguien le ayuda a torcerle el brazo a un destino nebuloso y precario.
En síntesis: Una historia que represente a estos niños de nadie…
En fin Benito MARTIN (con mayúscula) , la historia de un niño expósito como usted, querido Almirante de mar y tierra de la Orden del Tornillo; como usted… rescatado, salvaguardado de los perros que nos acecharon, nos acechan y nos acecharán, pero eso si, como usted…
Así: con final feliz.
Con cierta esperanza,
Ruben Omar Sosa
7 de Diciembre 2010, en el Atelier donde un niño expósito pintó su aldea y luego pintó el mundo.
Enlaces:
- Museo Quinquela Martín – Ciudad de Buenos Aires
- Benito Quinquela Martín - Wikipedia
- La Orden del Tornillo
- Manuel García Ferré – Wikipedia
- Manuel García Ferré – Argentina.ar
- Casa de Niños Expósitos – Hospital Elizalde
Imágenes: