Día estupendo: buen viento desde el Río, temperatura ideal, ansiedad y expectativa. Llevamos por primera vez el Surubí al campo de vuelo, aún sin terminar, pero no podíamos aguantar las ganas de verlo inflar.
El Surubí ha insumido un montón de horas de trabajo de los integrantes de BaToCo: diseñar, acopiar materiales, planificar, cortar, clasificar, unir, seguir instrucciones, corregir, descoser, volver a coser. Pero ya está casi listo, solo resta colocar los tiros internos y las bridas. Y tendremos más alegría, risas, nuevos encuentros compartidos y la satisfacción de un trabajo que nos une, nos agrupa, nos integra.